A raíz de la publicación de la penosa fotografía de la Biblioteca de Trujillo, hoy ha aparecido en prensa la siguiente noticia: La biblioteca municipal contará con un reglamento de funcionamiento.
Se trata, nuevamente, de una cortina de humo. Un querer hacer por no hacer nada. Cuatro han sido los concejales de distinto signo político con los que uno ha tratado en los últimos once años y ninguno de ellos ha resuelto el serio problema de la Biblioteca de Trujillo, lamentable ejemplo más allá de nuestras fronteras de lo que NO debe ser una biblioteca.
Se trata, nuevamente, de una cortina de humo. Un querer hacer por no hacer nada. Cuatro han sido los concejales de distinto signo político con los que uno ha tratado en los últimos once años y ninguno de ellos ha resuelto el serio problema de la Biblioteca de Trujillo, lamentable ejemplo más allá de nuestras fronteras de lo que NO debe ser una biblioteca.
Como bien es sabido, la Biblioteca Municipal de Trujillo tiene problemas más serios y preocupantes que unas pintadas gamberras, y medidas que adoptar mucho más necesarias que restringir el acceso a la ludoteca a los mayores de siete años. Esta medida, por cierto, incidiría precisamente en la dirección equivocada (la restricción, la sanción, la exclusión) en lugar de avanzar hacia la integración de los jóvenes programando actividades para ellos. Pero, ya digo, esto es un mal menor si tenemos en cuenta lo siguiente.
Apunten:
1.
La Biblioteca Municipal no cuenta con
línea de teléfono para informar a los usuarios, reclamar los libros, etc...
Tampoco ofrece servicios básicos como una fotocopiadora o una simple máquina de café. No ofrece una información actualizada por Internet desde febrero de 2015.
2.
La Biblioteca Municipal sólo alberga aproximadamente
una tercera parte de los fondos bibliográficos patrimonio de los vecinos y vecinas de Trujillo. El resto se está pudriendo en la antigua sede.
3.
De los fondos bibliográficos existentes
en la Biblioteca, la mayor parte están mal catalogados, mal ordenados en las
estanterías o fuera del alcance de los usuarios, en dependencias como la habitación de la limpieza.
4.
Durante años, desde la Biblioteca de Trujillo se han realizado expurgos de libros (tirándolos a la basura) sin autorización
de los respectivos responsables políticos y bajo un criterio bibliográfico más que dudoso. Así, hace unos años, algunos vecinos fuimos testigos durante varias semanas de cómo se entregaron al servicio municipal de recogida de basuras montones de cajas con material bibliográfico como libros, álbumes y revistas (centenares de números de Ínsula, El Urogallo, Revista de Occidente, El ciervo, Clarín, Espacio/Espaçao Escrito, primeros números de la revista “Poesía Española” (fundada en
1942 por García Nieto y con poemas originales de José Hierro, Dionisio Ridruejo, etc...), material que cualquier bibliotecario guardaría como oro en paño. También se arrojaron a los contenedores álbumes de fotos costumbristas donados por los trujillanos.
5.
La Biblioteca no presta una información
clara de las actividades que en ella se realizan.
6.
La Biblioteca no incentiva las actividades de animación a la
lectura. No sólo ofrece a los usuarios información errónea acerca del club de
lectura, sino que campañas como "Tesoros de Papel" de la Diputación de Cáceres
recibieron un pésimo resultado en nuestra localidad ante la inexistente difusión prestada.
7.
Las
instalaciones de la Biblioteca son inadecuadas, al no existir separación
entre el mostrador para el préstamo de los libros y la sala de lectura o
estudio. Esto provoca situaciones absurdas como que los usuarios deban
comunicarse con el personal bibliotecario en voz baja, o que éstos sean
reprendidos por el personal bibliotecario si no hablan bajo.
8.
El personal auxiliar contratado consecutivamente
año tras año lo hace por un tiempo limitado que oscila entre los 9 y los 12
meses, lo que impide que estas personas puedan realizar el trabajo riguroso y
serio que la Biblioteca necesita para funcionar correctamente. Esto es debido a
que las contrataciones son ayudas temporales y jamás se ha abordado desde la
administración local la contratación de una persona cualificada para este puesto. Será que en Trujillo no hay personas en paro.
9. Y dejaremos aquí, de momento, aunque no será por falta de motivos y razones, la enumeración de calamidades que han hecho de la Biblioteca de Trujillo un grotesco ejemplo en materia de divulgación y apoyo a la cultura extremeña. Quien quiera puede tomarse la molestia de comprobar cómo se tratan los fondos relacionados con la cultura de nuestra región: dispersos en varias dependencias, se encuentran mezclados sin criterio actas y memorias, obras de autores extremeños, bibliografías, antologías, ensayos...
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