miércoles, 25 de noviembre de 2015

Adivina, adivinanza...


Y ahora un poco de humor aunque nos haga reír de pena. El presente poema fue escrito en Cáceres, en una soleada mañana de finales de septiembre mientras hojeaba la prensa y desayunaba café con churros. Allí mismo, como por intercesión divina, me fueron "revelados" los siguientes versos.

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