miércoles, 23 de agosto de 2017

La democratización del arte

Daltónico de cuna y bizco de ambos ojos, X no sabía pintar ni dibujar. Su hija le pedía que dibujara moñigotes, así que un buen día, gracias a la democratización del arte, la tecnología puso en sus manos un puntero electrónico para reproducir formas y estampar diseños sobre cualquier superficie. De la noche a la mañana se convirtió en un reputado ilustrador y llegó a diseñar la mascota de los Juegos Olímpicos. Estaba en lo cresta cuando una bala perdida truncó su fulgurante carrera. 

Sordo como un leño y bruto como él solo, Y jamás cursó estudios musicales ni aprendió a tocar una nota. Su novia le pedía con insistencia canciones, así que un buen día, gracias a la democratización del arte, la tecnología puso en sus manos uno de esos softwares que emiten sonidos mediante algoritmos, procesando voces y reproduciendo ritmos con solo pulsar un botón. En poco tiempo llegó a ser un reputado artista y, año tras año, fue alumbrando la "canción del verano" hasta que un día, nadie sabe cómo, una bala puso límite a su talento.

Disléxico de remate y galán de tres al cuarto, Z no dio nunca palo al agua ni tuvo otra iniciativa que la de vivir a costa del esfuerzo ajeno. Sus amantes le exigían abonar largas deudas pero él se hacía el sueco. Un buen día, gracias a la democratización del arte, el destino puso en sus manos una impresora en 3D. En un abrir y cerrar de ojos su sótano se llenó de reconocidas piezas de arte. A nadie extrañó que su cuerpo acabara acribillado a las puertas de una casa de subastas.  

A, B y C son, en cambio, artistas de raza, jamás han pretendido triunfar a cualquier precio. La legislación les impide crear al aire libre, en la plaza, en el parque, mientras juegan los niños. Tampoco les está permitido cantar en la calle porque distraen a los turistas y no dan buena imagen. Si les da por dibujar sobre paredes en ruina o fachadas abandonadas tienen que vérselas con la policía. 

La democratización del arte aún no ha llegado para ellos pero tienen ya muy claro que, el día que ésta les alcance, abandonarán definitivamente el Arte y se dedicarán al comercio de armas.

viernes, 23 de junio de 2017

Voluntariado Lector de Extremadura

El pasado 5 de junio presentamos en Mérida el Voluntariado Lector de Extremadura, un programa destinado a formar a personas voluntarias para que acudan a leer a personas en exclusión social o con algún tipo de discapacidad. El programa, impulsado por el Plan de Fomento de la Lectura de la Junta de Extremadura y coordinado por la @coopdianoia, se ha iniciado en Mérida, Badajoz, Cáceres, Plasencia y Alange. En octubre volveremos a impulsar este programa en las bibliotecas de estas localidades, con la esperanza de que, poco a poco, vayan sumándose otros municipios. Convertirnos en "donantes de voz" es, sin duda, una experiencia tan humana como necesaria.




Panorama

Presumir de lo que uno ha leído es de incultos.
Reprochar lo que otros no han leído es de ignorantes.
Atascarse entre el sujeto y el predicado es de presidentes del gobierno.

Ya te acercas, verano

Ya te acercas, verano, con tus incendios forestales,
tu vuelta ciclista, tu torero caído y tu pasodoble.
Ya te acercas con tu pastos, tus medusas, tu crema
y tu granizo, con tu sala de urgencias y tu mesa para diez,
con tus cohetes artificiales y tus niños ahogados,
con tu estribillo machacón, tu botellón, tus anfetas,
tu ambulancia y tu orquesta. 

Ya te acercas, verano, ya estás aquí nuevamente. 

(¿Y este era el tiempo dorado de la infancia?)

Probablemente.

viernes, 19 de mayo de 2017

Fomento de la lectura: ¿Qué hacer? Daniel Casado en la revista LEER


En el número de mayo de LEER nos pre­gun­ta­mos: ¿qué hacer? Con Maica Rivera han hablado exper­tos y docen­tes como Joa­quín María Agui­rre (UCM), que pone el dedo en la llaga sub­ra­yando «el error de con­fun­dir la cul­tura con indus­tria cul­tu­ral por­que las medi­das que solu­cio­nan pro­ble­mas eco­nó­mi­cos no resuel­ven caren­cias culturales».

La bús­queda de solu­cio­nes esti­mu­lan­tes pasa por la con­sulta a pro­fe­sio­na­les como Daniel Casado, ges­tor cul­tu­ral, poeta y músico que lleva dina­mi­zando clu­bes de lec­tura en Extre­ma­dura desde hace quince años. O el japo­nó­logo Car­los Rubio, que cuenta su satis­fac­to­ria expe­rien­cia desde Umi, un club de lec­tura de lite­ra­tura japo­nesa en la Biblio­teca Pública José Hie­rro de Tala­vera.

Seguir leyendo: http://revistaleer.com/2017/05/leer-en-mayo-fomento-de-la-lectura/

sábado, 29 de abril de 2017

Surco nº1

Devaluación

No es la poesía, la música, el cine... el arte, en suma, lo que se ha devaluado.
Es el público el que ha perdido calidad.

En el aniversario de Gloria Fuertes

Cuentan las sabios del lugar que la poesía de Gloria Fuertes siempre estuvo ahí.

Aguas residuales

El "selfie" para nadie.
Las fotos con filtro.
La portada trucada.
El "me gusta" inmediato.
Los "contactos" sin roce.
La cultura del "zasca".
Los poemas apócrifos.
El falso "trending topic".
La bandeja antispam.

El signo de los tiempos.
El tiempo de los signos.

Pensar en España

Mirando litografías de lo que algunos llaman "arte de la tauromaquia" (las litografías lo son, lo que representan, lo dudo) encuentro, más allá de fondo y forma, una verdad ancestral: pensar en España es estar siempre de parte del toro.


Manifiesto por la lectura 2017

Con motivo del Día Internacional del Libro, la Biblioteca Municipal Juan Pablo Forner de Mérida me ha encargado el manifiesto por la lectura de este año. Aquí dejo el texto íntegro, que no es exactamente el que se ha publicado y difundido.


SOLAMENTE HUMANOS

Existen tantas maneras de leer como sensibilidades a la hora de dar vida a los sueños, ideas y emociones que los libros nos ofrecen. Con su rudimentario formato y su profunda sencillez, el libro es sin duda uno de los inventos definitivos de la Humanidad, al lado de la rueda, la palanca, la cuchara o la bicicleta. Pero más allá de su valor intrínseco como preciado objeto de culto, es la lectura, en cualquiera de los soportes que hoy se nos presenta, lo que distingue a todo aquel que -desconociendo tal vez la máxima de Píndaro- se asoma al bosque de la literatura para llegar a ser quien es realmente. Y es que, como bien sabía el viejo bardo americano Walt Whitman, los libros son mucho más que un montón de hojas cosidas y ordenadas, son una obra de amor: “Compañero, esto no es un libro, quien toca este libro toca a un hombre”.

En efecto, la lectura -cualquier lectura de la que seamos dueños conscientes- nos empareja con el prójimo, nos devuelve a nosotros mismos reflejado en el otro, abre en lo ignorado un mundo de significados nuevos y maravillosos, ilumina oscuridades, revela la claridad del mundo, alumbra el laberinto interior en el que tantas veces buceamos sin obtener respuesta. Para saber quién soy necesito leerme en los demás. Para saber que algo existe necesito darle un nombre. La literatura es el arte de nombrar el mundo, de recrear la realidad. Por eso hay quienes buscan en la lectura una vía de “evasión”, un pasadizo a otras vidas. Bendita evasión, pues ningún libro es inocente. Ante una gran historia, ante un buen texto, el lector se sabe implicado en un sutil juego de espejos en el que llega a sentirse protagonista absoluto –héroe y dios, víctima y verdugo-  para terminar siendo, en realidad, el creador de todo aquello que lee y recrea en base a su propia experiencia. 

Frente a esa noble necesidad de evasión, la lectura nos ofrece, también, la más preciada herramienta para poner bajo sospecha, para cuestionar continuamente, los mecanismos del poder, vale decir: la realidad que se nos hace creer y vivir. Así, cualquier lectura –pues un libro es todos los libros- nos conduce por el sendero del autoconocimiento y la superación constante de enigmas, trabas, complejos y dificultades ejercitando nuestra capacidad para crear “realidades alternativas”, necesarios desvíos al pensamiento único. Es la lectura de “invasión”, la que ofrecen géneros como el teatro, el ensayo y, por supuesto, la poesía.

En estos tiempos veloces hay quienes confunden, de forma interesada, el fomento del hábito lector con la compra de libros y otras plataformas de lectura, como si el continente fuera lo que crea el hábito y no al revés. Para leer "basta ser solamente humanos", decía Pablo Neruda. El problema es que el mercado editorial no busca humanos: quiere clientes. Ni siquiera lectores. Clientes del día de San Jordi, clientes del Día de la Madre, clientes del Día de los Enamorados… clientes oportunos, fugaces, desmemoriados. Un libro por sí mismo no enseña nada si el lector no lleva dentro de sí, debidamente engrasada, la capacidad de descubrirse, de emocionarse, de indignarse, con él. (Y aquí se abre el drama de la enseñanza que conlleva la imposición de leer). Sin duda, el mejor método que podíamos idear para echar a perder lectores es obligarlos a comprar un libro. Lo que aprendemos bajo el dominio del deber termina engendrando resistencia. Aunque pudiera deleitarnos. Más bien es el camino inverso lo que deberíamos emprender si queremos que algunas personas lean (no todo el mundo está obligado a hacerlo, como recuerda Daniel Pennac). Por experiencia, uno sabe que el conocimiento viaja del mar a la fuente y no al revés. Del presente hacia atrás siempre, de la vanguardia a la tradición. Porque una cosa es ser humanos y otra bien distinta sentirnos humanos. Para sentirnos humanos es preciso el concurso de los otros. Lo primero viene dado y no requiere esfuerzo ni talento. Lo segundo exige ambas cualidades: se necesita talento y esfuerzo para lanzarnos en busca de nosotros mismos a través de las historias, los poemas, las canciones, las películas y los lienzos que otros, antes, leyeron a su vez. Interpretaron así su realidad como nosotros hacemos con la nuestra; nos legaron sus fórmulas y sus dudas, sus preguntas, sus respuestas, el fracaso y la grandeza de su esfuerzo.

¿Cómo responder a tan generosa ofrenda? Leyéndonos. 

Aprender a sentirse humano exige, desde luego, amor hacia uno mismo y hacia la vida. 

jueves, 9 de marzo de 2017

De obras y acciones

Hoy, en la prensa:
http://iniciativadebate.org/2016/02/28/una-ciguena-muere-ensartada-en-los-pinchos-que-puso-el-cura-en-el-campanario-para-que-no-anidara/

La noticia es tan triste y tan lamentable, que me empuja a desvelar el primero de los "surcos" de mi próximo libro, "La segunda mirada". Dice así:


La perfecta geometría del nido de cigüeña.
Único rastro del dios en toda la iglesia.


La segunda mirada. Preparativos.

Recibo esta mañana varias propuestas para la portada de "La segunda mirada", mi nuevo libro de poemas. Me decanto por esta:


viernes, 3 de marzo de 2017

La OSCAM, un proyecto de futuro


Todavía flota en el ambiente la magia del concierto que ofreció ayer la OSCAM en Mérida. El Palacio de Congresos se llenó para arropar a estos jóvenes -algunos todavía niños- intérpretes que lo dieron todo, maravillándonos con sus lecturas de Beethoven (Obertura Coriolano), Mozart (Concierto KV414 para Piano y Orquesta, más la Obertura de Las bodas de Fígaro) y Tchaikowsky (Suite El cascanueces).

Si la orquesta suena como suena, es decir, espectacular, no es sólo mérito de sus dos directores, Alfonso Ramos y Rubén Rodríguez, y del gran dominio que ambos imprimen a la orquesta, además de la enorme labor organizativa y pedagógica que ejercen con los alumnos, es fruto también del excelente equipo humano que la OSCAM ha logrado reunir: un profesorado formado por doce especialistas, un nutrido grupo de familiares que apoyamos y acompañamos a nuestros hijos en la sacrificada vocación de ser músico hoy en España y, justo es decirlo, también el apoyo económico de algunas instituciones públicas y alguna privada. Pero, por encima de todo, están los músicos, nuestros alumnos de los conservatorios de Almendralejo y Mérida, niños y niñas que, en medio de la vorágine de clases, exámenes y otras cláusulas de la vida, aún sacan tiempo para estudiar varias horas al día con sus violines, chelos, trombones y flautas, un repertorio lleno de profundidad y belleza.

Todo ello, sumado, hace de la OSCAM un proyecto social de primer orden, una de esas razones en la vida por las que vale la pena apostar, sin reservas, sabiendo que estamos en el camino correcto, construyendo juntos una sólida alternativa a la fealdad, la estupidez y la injusticia de nuestro tiempo, y que lo hacemos entregando unión, belleza y pasión. Un gran ejemplo. Nos toca, una vez más, aprender de nuestros hijos.


Más información: temporada OSCAM 2017

jueves, 5 de enero de 2017

Nuevos poemas


El próximo miércoles 11 estaré en el mítico local La Tarara de Badajoz recitando los nuevos poemas de mi próximo libro. Será el primero de una serie de recitales íntimos que realizaré durante enero y febrero por Extremadura. Estáis invitados.