Tu cabeza está llena de bicicletas blancas
Pablo Guerrero
Esta mañana, al finalizar el recorrido del Día de la Bicicleta, se han rifado algunos regalos entre los participantes. Micrófono en mano, el tozudo animador iba presentando los premios al tiempo que una niña, la mano inocente indispensable en cualquier evento público, extraía las papeletas con los números. Cada vez que el regalo era un Ipod, unos altavoces o un equipo de sonido, el animador lo presentaba como un regalo "para los niños", mientras que cuando se trataba de una bicicleta blanca o rosa el regalo era "para las niñas". Y ahí me veía yo con mi bicicleta blanca, mi casco fucsia y mi botella de agua color violeta. Es la incesante pedagogía del patriarcado, que establece sus roles y ahuyenta la libertad individual. Adoctrinados sin saberlo, los agraciados y las agraciadas recogían sus premios.
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