Hay músicos que deciden ocupar un segundo lugar en el seno de una banda para resultar absolutamente esenciales. Chris Squire, el bajista y fundador de YES, fue la espina dorsal de la banda británica desde 1968. Se dice pronto. Hoy nos ha llegado la noticia de su muerte, producida por una fulminante leucemia. Tenía 67 años. Squire fue el único músico que ha permanecido en todas las encarnaciones de YES, dejando su huella en 21 discos oficiales, multitud de giras y tantísimas grabaciones en compañía de los músicos más reputados del universo progresivo. Destacar en una banda en la que dieron lo mejor de sí monstruos como Rick Wakeman, Steve Howe y Bill Bruford requería poseer algo muy especial y Chris "Fish" Squire lo tenía: encontró una manera inolvidable de hacer sonar su Rickenbacker percutiendo las notas y creando un inmenso colchón grave que sería seña de identidad del sonido YES y posteriormente de otras muchas bandas. Con Squire se va el "mediador" en la eterna batalla de los egos que tantas veces disolvió a la banda en lo más alto de su popularidad. Casi todos sus compañeros se han labrado una sólida carrera en solitario. Él prefirió centrarse siempre en mantener activo el buque insignia del rock sinfónico británico. Aunque sólo fuera por eso, sus compañeros deberían asumir que su pérdida supone el fin definitivo de YES. Estoy seguro de que ninguno de sus fans quisiéramos ver a otro músico ocupando su lugar. Descansa en paz, Chris. Y gracias.
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