viernes, 3 de agosto de 2012

Mal paso



Soy incapaz de alegrarme de la caída de nadie (algo tan propio en la España de los 80 y las películas de Summers), y el hecho de ver a un anciano darse de bruces contra el suelo sólo me inspira compasión. Ahora bien, como no podemos evitar los escalones (los hay hasta en los cuarteles militares) ni las zancadillas de la vida, propongo que prescindamos de reyes y monarcas y cuidemos más a los octogenarios, a secas. A todos, incluidos los muy castrenses. Así un simple escalón no pondrá en peligro la seguridad del Estado.

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