miércoles, 26 de septiembre de 2012

Troppo vero


Espejo y enigma


La belleza


A BOCA DO INFERNO (Entrada al espejo)


El creador del espejo gira en torno a esta reflexión de Fernando Pessoa, en su Libro del Desasosiego. En 1930, el poeta portugués recibió en el puerto de Lisboa la visita del ocultista Aleister Crowley. Ambos personajes reflejan, a mi modo de ver, dos posiciones claramente enfrentadas en torno al alma humana y su relación con el mundo.

A partir de aquí, he profundizado en los conflictos entre el ser humano y su propia imagen; la potencia simbólica del "espejo" arquetípico sirve para desarrollar, a lo largo de cinco partes bien diferenciadas, aspectos como la construcción del Ego y sus síntomas o la relación entre la Imagen y el mundo (con sus mutuas distorsiones), así como ciertas patologías y comportamientos generados por la influencia del "espejo" o la Imagen en nosotros. Entre éstos, el de la anorexia es sólo un ejemplo más, acaso el más terrible, de distorsión de la realidad. 

Para profundizar en los múltiples aspectos que se iluminan en torno a este tema (que de un modo u otro a todos nos afecta), y tratando de llevar siempre un mensaje de claridad y esperanza al lector, ofreceré en los próximos meses una serie de charlas complementarias a la lectura de estos poemas.

Será un placer encontrarnos de nuevo.



El creador del espejo



Estos días llega a las librerías “El creador del espejo”, mi último libro de poemas. 

Este nuevo título, magníficamente editado por De la luna libros, es un viejo proyecto que por fin ve la luz.

En sus páginas dialogan el poeta portugués Fernando Pessoa y el mago inglés Aleister Crowley. Ambos entendieron la Identidad de un modo bien distinto, y cada uno fue, a su manera, cultivador de ese gran enigma que representa el espejo: cómo somos y cómo nos perciben los demás; quienes somos realmente y qué representa el Mundo que hemos creado a nuestra imagen y semejanza. De esta antigua inquietud, que abarca desde el speculum medieval hasta la Red de redes -ese espejo inabarcable-, surgen las imágenes que el poemario trata de proyectar en múltiples direcciones.

Una vez dentro nada será lo que parece y el lector encontrará las voces de Emil Cioran, Jorge Luis Borges, Charles Baudelaire, Stephan Zweig, Carl G. Jung, Remdbrant, Lewis Carroll, El Bosco… entre otras -no por anónimas menos importantes- sin dejar por ello de estar completamente solo. Frente a cada una de estas visiones, unas veces será espectador y otras protagonista; por momentos el retratado y a menudo el verdadero autor de estos poemas, que firmará con su experiencia.

Éste es el reto, amigos, asomarnos al espejo para dejar de ser quienes creemos ser, o aprender a ver con los ojos cerrados.

La eterna partida de ajedrez entre Crowley y Pessoa no hecho más que empezar.

Partida de ajedrez entre Aleister Crowley y Fernando Pessoa. (Anon. 1930)

Navegando.... desde la nueva web.

Hemos hecho reforma en casa. La nueva web ya está lista. A todos los que habéis hecho de ella un lugar de encuentro y reflexión durante estos últimos nueve años, gracias por vuestra compañía y bienvenidos al nuevo Tiempo de la Palabra. 

jueves, 20 de septiembre de 2012

Sin anestesia


Hasta ahí de acuerdo. De pleno. Pero -acaso por matizar levemente- conviene precisar que lo que muerde en realidad son las palabras, las ideas, los principios, las emociones... que la lectura (y no sólo el libro) proporciona. Por lo demás... como efecto publicitario funciona. Aunque lo promueva el Ministerio de Sanidad en lugar del de Cultura.