martes, 6 de septiembre de 2011

Noticias desde el universo Pneuma


Fiestas en Trujillo. Ocasión idílica que aprovechamos para rematar  la versión #15 de En ausencia de Dios. La última copia que me pasó Rafa casi nos cuesta un sofoco: hubo algún problema -inexplicable- con la mesa y la mezcla no fue buena. Los niveles estaban a cero. Era la puntilla a un proceso que se ha estirado tanto que ya parece nuestra marca de fábrica. Este último tramo de la producción está en manos de Rafa, aunque contará con la masterización de Álvaro y el veredicto final de los cuatro. Cada uno desempeña funciones concretas en Pneuma: Rafa ha asumido el mantenimiento del estudio; Álvaro está de bolos con la orquesta y nos envía los waves que le vamos pidiendo; Manuel se ha trabajado duro el nuevo tema y ha conseguido hacerlo suyo. Por mi parte, una vez grabadas todas las voces y habiendo pulido a fondo la letra suprimiendo algunos párrafos, me dedico más a la cohesión interna, a la motivación constante. No dejan de suceder cosas. Y yo no paro de escribir letras. He terminado ya Hotel Palestina, que será nuestra próxima canción. Estos últimos días he escrito unas cinco o seis. Quizás alguna pueda servir.

La cuadratura del círculo.
Desde la incorporación de Rafa a Pneuma durante el proceso de Las afueras quedó claro que la química era excelente y que teníamos un potencial que desbordaba la concepción originaria de "proyecto de dos + colaboraciones". Rafa tiene hambre de escenario. Y yo también. Por eso, tras incorporar a Manuel a los teclados, nuestros esfuerzos se han centrado en localizar a un buen batería, alguien con gusto, pegada y técnica suficiente como para abordar las composiciones previamente ideadas sobre bases programadas, pero también con la suficiente experiencia como para aportar matices y riqueza a los temas que vayan surgiendo. El objetivo es formar lo que se viene llamando "una banda de rock al completo". Creo que lo hemos encontrado. Sólo el tiempo dirá si la elección es adecuada. De momento nos disponemos a comenzar los ensayos todos juntos en el local, alterando la mecánica habitual. Trabajar sobre secuencias es un lujo de estudio, pero todos tenemos claro que el rock pasa por la coexistencia de cinco músicos encerrados horas y horas en una sala de ensayo. Y en esas andamos.

Quién sabe, quizás en la próxima foto ya estemos los cinco. Entonces -sólo entonces- Pneuma echará a volar de una vez por todas.