viernes, 25 de abril de 2014

Leer para creer

Durante la sesión del Club de Lectura de Trujillo, al analizar la poesía de don Antonio Machado, leímos, entre otros, los espléndidos poemas "Del pasado efímero" y "El mañana efímero". Más allá de la España de "charanga y pandereta" que el maestro clavó con precisión en la memoria colectiva, nos conmovió el retrato que realiza de ese hombre "que no es de ayer ni es de mañana / sino de nunca; de la cepa hispana / no es el fruto maduro ni podrido / es una fruta vana / de aquella España que pasó y no ha sido". Y nos conmocionó su visionaria predicción del mañana -que es el hoy mismo- "como la náusea de un borracho ahíto / de vino malo". 

Tras la reunión del club fuimos a tomar un café al bar más cercano. Pronto éste se fue llenando de parroquianos que se acomodaban para ver su partido de fútbol, con su copita y su cigarro, con sus móviles en silencio y sus moscas de salón revoloteando atontadas. En pocos minutos todo se llenó de voces y jaleo, de barullo, de risotadas, de tórrido hedor provinciano. Entonces nos dimos cuenta: absorta frente al televisor contemplábamos esa España de la que nos habló don Antonio Machado. 

Ha pasado un siglo, quién lo iba a decir. Los más jóvenes son los que han envejecido peor.

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