domingo, 25 de noviembre de 2012

Pobre (de nuevo)


Me he vuelto pobre. Me he vuelto pobre a plazos, ciertamente, pero pobre de remate, este país es una mierda. ¿Que cómo lo sé? La respuesta a ambas afirmaciones está ahí delante, en el escaparate. Es el grueso tomo con la poesía completa de Yorgos Seferis. Antes, ni había que pensarlo, era entrar y zas, a la mochila: dos y tres libros cada semana. María me mimaba permitiéndome devolver aquellos que tenía repetidos o en otras ediciones. Ahora ese libro que tanto necesito -pues sin duda fue escrito para mí- permanecerá en el escaparate hasta que un idiota menos pobre que yo (pero pobre al fin y al cabo) pase sus dedazos por la página donde el poema me aguardaba,  y lo lea, y lo celebre, antes de volver a dejar el tomo en su sitio. Una anodina mañana de sábado María lo retirará y al lunes siguiente será devuelto a la distribuidora. Hay otras necesidades, otras necesidades... grita mi conciencia. Este país es una mierda, no sé si ya lo he dicho. Me he comprado un bonito jersey que no pienso ponerme.




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