Se nos ha enseñado mal el amor. En la lección primordial olvidaron instruirnos en el amor a uno mismo, fuente de nuestro equilibrio, eje sin el cual todo sentimiento se corrompe o distorsiona. Muy prestigiado, en cambio, el amor romántico exige la posesión del otro, la anulación de su libertad a cambio de un predecible "hasta que la muerte nos separe". Pero sucede que el corazón de los hombres y mujeres puede amar sin descanso y en múltiples direcciones, sin excluir el objeto del amor, sin estúpidos heroísmos, sin sacrificios. Es la cabeza, esto es: nuestra cultura, nuestra moral, nuestra educación, cada una con su larga lista de deudas y castigos, lo que nos dificulta el darnos como debiéramos. Se nos impide así desarrollar plenamente nuestra capacidad de amar, que es ilimitada y, más terrible aún, se nos niega el derecho a mejorar, a abrazar la más alta realización que alcanzaremos como seres humanos. Del amor que es ofrenda y del amor que es renuncia, sólo saben aquellos que han amado mucho, sin orden ni sentido.
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ResponderEliminarMe temo que no se trata de un error. Nos enseñan a amar, nos inculcan el "modo", la costumbre, el método y, como seres irracionales que somos, sólo evolucionamos mediante la imitación. Es necesario que uno rompa esas largas cadenas de posesión, ese atavismo, para que la especie avance hacia otro estadio del amor.
ResponderEliminarPuede que tengas razón, ya que en las sociedades primitivas son más libres en las cuestiones amorosas y por ende poligámicas, y la sociedad ha evolucionado hacia el verbo poseer, pero tampoco las tengo todas conmigo al respecto, ya que también es cierto que existen algunas especies animales que son monogámicas. Siempre he oído por ejemplo que algunos pingüinos si se les muere su pareja ya no vuelven a aparearse... Bueh, quizás para aclararme primero tendría que definir que entiendo por amor, y eso ya nos llevaría a un terreno pantanoso.
ResponderEliminarHe querido leer algo tuyo, porque acabo de leer tu poema Oscuro pez del fondo, y me ha parecido bastante bueno, y tenía curiosidad de leer algo más de quién lo había escrito.
Un saludo.
V.
"monógamas" y "polígamas" mejor que "monogámicas" y "poligámicas" ;)
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